Tesoros del Palau

Modernismo y modernidad

La historia del Palau de la Música Catalana y del Orfeó Català se escribe con documentos excepcionales: testimonios concernientes a las personalidades que estuvieron presentes en su fundación; documentos que muestran los vínculos que el Palau de la Música Catalana estableció con los compositores de la modernidad, o con célebres solistas, como Wanda Landowska y Blanche Selva; y finalmente, programas de concierto y documentos iconográficos.

Goyescas de Granados

El manuscrito hológrafo de “Epílogo” de la segunda parte de Goyescas de Enrique Granados (1867-1916) está fechado en Barcelona el 28 de diciembre de 1911. Es un bonito ejemplar encuadernado con pergamino con una cartela verde con filete dorado. En el f.1o 1r se indica a lápiz, de mano del autor: “para gravar [sic]” y “todos los títulos también en francés”. La música está escrita primero a lápiz y luego reseguida con tinta negra; hay compases tachados. En su edición, Granados dedicó esta pieza al pianista francés Alfred Cortot. Granados escribió bastantes obras inspiradas en la pintura de Francisco de Goya, pintor por el que tuvo especial devoción (las Tonadillas son un alto exponente de dicha fuente de inspiración dentro del género para voz y piano). Granados explica a Joaquim Malats: “En Goyescas he encontrado mi personalidad; me enamoré de la psicología de Goya y de su paleta.”


Vinculado al Modernismo, motor cultural de la Barcelona del cambio de siglo, Granados estuvo involucrado desde el principio en el proyecto del Orfeó Català y al Palau de la Música Catalana. La profunda amistad que le unía a Lluís Millet y Amadeu Vives, hizo que colaborara de cerca con los fundadores, en especial respecto a la implantación de una educación musical muy reflexionada y dirigida a los cantantes (Granados aspiraba a una educación cultural del músico más amplia, más ecléctica que la que ofrecía la enseñanza oficial, como se evidenció en su Academia fundada en 1901). El Palau de la Música acogió el estreno de Goyescas el día 11 de marzo de 1911.
Con Goyescas, Granados no sólo contribuyó a introducir su música en las corrientes internacionales, sino que creó una obra maestra que nunca ha dejado de formar parte del repertorio pianístico.