Tesoros documentales del CEDOC

La guitarra

La escuela de guitarra española está representada por un conjunto muy interesante de ediciones locales y extranjeras, así como de escritos didácticos

Six petites pièces pour guitare de Fernando Sor

En la primera página de esta edición, la dedicatoria y la firma de Fernando Sor (Barcelona, 1778-París, 1839) están recubiertas por una tira de papel con la dirección de José León, marchante de música en Madrid: calle de la Gorguera.

Estas seis piezas están ordenadas en tres grupos de dos piezas, cada uno en una tonalidad distinta, asociando un movimiento lento a un vals a tres tiempos (Cantabile y vals en Do mayor, Andantino y vals en Mi mayor, Moderato y vals en La mayor).

La guitarra tuvo un increíble éxito en la década del año 1830 en toda Europa, sobre todo gracias a los virtuosos italianos Carulli y Paganini, y los españoles Fernando Sor y Dionisio Aguado. Los editores parisinos, como el napolitano Antonio Pacini (1778-1866), contribuyeron a esta “guitarramanía”. La publicación de Méthode pour la guitare (Bonn, 1830; París, 1832) de Fernando Sor, así como sus 63 números de opus, representan el apogeo de este repertorio. Compositor y virtuoso, Sor escribió piezas de todos los géneros y de gran calidad para la guitarra (sonatas, estudios, fantasias, variaciones, duetos, etc.).

Fernando Sor cursó sus primeros estudios musicales en la Escolanía de Montserrat. Empezó su carrera bajo la protección de mecenas, como la duquesa de Alba y el duque de Medinaceli, y la prosiguió durante la ocupación francesa de José Bonaparte. En 1813 tuvo que refugiarse en París. Su carrera internacional le llevó hasta Londres y más tarde a San Petersburgo. También obtuvo un gran éxito como compositor de óperas y ballets.

Tratado de armonía y composición aplicadas a la guitarra por Félix Ponzoa

Nacido en Murcia, Félix Ponzoa siguió una brillante carrera en la Administración pública que le conduciría hasta Palma de Mallorca, Barcelona y Castellón. Sus obligaciones le dejaron el suficiente tiempo libre como para dedicarse a trabajos de erudición histórica y arqueológica, así como a la producción literaria. Entre 1849 y 1857 se consagró a la guitarra como intérprete y conferenciante, en especial en Barcelona, en el marco de la Sociedad Literaria. Su tratado está influenciado por otros escritos igualmente dedicados a la guitarra, como por ejemplo el Tratado teórico-práctico de armonía y composición de Francisco Andreví (Barcelona, 1848). Se distingue por el gran dominio del lenguaje musical −armonía y contrapunto− que reclama para los guitarristas. Compuesto de una introducción y 36 capítulos, aborda de un modo progresivo y sistemático todas las cuestiones de técnica y describe las formas habituales de la música para guitarra −preludio, minué, variaciones, fantasía, obertura y sinfonía etc. La segunda parte del tratado se consagra a trece notas biográficas sobre grandes intérpretes y compositores de guitarra, como Fernando Sor o Dionisio Aguado, notas que han sido retomadas, a veces literalmente, por Mario Soriano Fuertes en su Historia de la música española desde la venida de los fenicios hasta el año 1850 (Barcelona-Madrid, 1855-1859). Este tratado se confirma, pues, como fuente importante para la historia de la música en España.

Fantasía para guitarra de Bassols

En la primera parte del siglo XIX, la guitarra vive en Cataluña un momento de gran euforia. Sus intérpretes más destacados se encargan de dotarla de un repertorio prominente y algunos de ellos llegan a obtener un eco internacional sin demasiados precedentes.

En la Biblioteca del Orfeó Català se conserva un importante fondo de guitarra que procede, entre otras, de la biblioteca musical de Josep Ferrer y Apel·les Mestres. Este ejemplar único de la Segunda Fantasía para guitarra sola de Bonaventura Bassols (Figueres, 1812-Tortosa, 1868) es posiblemente la única obra publicada en España del guitarrista. La obra contiene una dedicatoria a Narcís Inglada y consta de: Introducción (Largo-Andante con expresión), Tema (Andante) y Tres variaciones. Como es característico de este género, su escritura es muy virtuosística.

Existen pocos datos biográficos del autor. Se sabe que realizó numerosos conciertos en Barcelona, sobre todo en el ámbito privado de los salones de la aristocracia. Entre sus apariciones públicas, cabe señalar la participación en el concierto de bienvenida ofrecido por la Sociedad Filarmónica (Bassols era el director de su coro) a Franz Liszt, cuando éste estuvo en Barcelona (1845). También tocó a dúo con dos famosos guitarristas de gira en la ciudad: el italiano Luigi Legnani y Trinidad Huerta. Como intérprete empleaba la técnica de tocar con las uñas.

Reconocido profesor de guitarra, activo desde la década de 1840 hasta su exilio en Chile por razones políticas (1854), tuvo como alumnos más destacados a su hermano Narcís, al crítico musical Pau Piferrer, Josep Viñas, Jaume Bosch y Josep Costa.

Manuscrito autógrafo de Francisco Tárrega

Cuando Francisco Tárrega (1852-1909) empezó a estudiar guitarra con Julián Arcas, la popularidad e importancia de este instrumento había perdido mucho terreno en favor del piano. La brillante trayectoria de Tárrega como concertista por toda Europa contribuyó a revitalizarlo.

Si bien su producción se enmarca a menudo en el ámbito de la música de salón, debe mencionarse que ha llegado a tener un eco internacional nada despreciable. Tárrega creía indispensable dar a la guitarra un repertorio adecuado y transcribió un número muy importante de pequeñas obras de autores románticos y en especial de Albéniz y Granados, de quien era amigo.

Tárrega se inclinó sobre todo hacia la composición de pequeños preludios, concebidos casi como breves estudios de expresión y de fraseo, a los cuales el propio músico no dio demasiada importancia; normalmente los trasladaba al papel tras interpretarlos varias veces. El goteo melódico y el uso predominante de formas monotemáticas o binarias simples les dan un carácter de improvisación. Instalado en Barcelona desde 1881, llevó una vida retirada y exclusivamente dedicada a su instrumento y a la pedagogía.

Son pocos los manuscritos autógrafos que se conocen de Tárrega; el que se conserva en la Biblioteca del Orfeó Català es el Preludio en La menor núm. 2, dedicado a otro guitarrista y alumno suyo, Miquel Llobet (1878-1938). En esta obra se encuentran modulaciones cromáticas poco frecuentes en su música; de este modo quería destacar las inclinaciones creativas de su joven discípulo. En el ángulo inferior derecho del verso se encuentra un fragmento de un estudio.