Veredicto de la Fiesta de la Música Catalana

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Marta Grassot Radresa
27 de febrero de 2024
Documento del mes

Fragmento del documento donde se detalla el veredicto del certamen celebrado en 1905. CEDOC 2.6_0139 https://ocpmc.cat/49ySC67

Se da inicio este mes de marzo a una selección de los tesoros bajo custodia del CEDOC, un documento que de forma mensual podrá contemplarse físicamente en el Foyer del Palau de la Música Catalana. Así, coincidiendo con el Concurso Internacional de Composición Coral “Fiesta de la Música Coral” que se celebra este año el día 3 de marzo, se ha seleccionado el veredicto redactado en 1905 por el jurado de la segunda edición del concurso de composición musical que recibía el nombre de Fiesta de la Música Catalana. El certamen estuvo promocionado por el Orfeó Català entre los años 1904-1922 para incentivar la creación musical catalana –en plena efervescencia patriótica– retomando la idea original de los conocidos como Jocs Florals (Juegos Florales).

Los orígenes de la Fiesta remiten de forma clara a los Juegos Florales que se celebraban en Barcelona desde 1859. En realidad, el lema de los Juegos Florales era “Pater, Fides y Amor” en clara alusión a la patria, la fe religiosa y el amor, aspectos que constantemente aparecen como fuente de inspiración de gran número de obras presentadas en la Fiesta. Como puede constatarse, en la organización de los Juegos Florales de finales del siglo XIX y principios del XX, el Orfeó Català y algunos de sus miembros, como la propia familia Millet, formaron parte del consistorio del certamen, y el fundador del Orfeó, Lluís Millet i Pagès, sería su presidente en 1918, disfrutando también del cargo de mantenedor en 1899 y 1920. Asimismo, debe considerarse que los Juegos Florales tuvieron como escenario el Palau de la Música Catalana desde 1914 hasta 1936, tal y como confirma Josep M. Rosich.

Por todo ello, con los Juegos Florales como fuente de inspiración y con una presencia física tan próxima al propio Palau de la Música y al director del Orfeó Català, no es de extrañar que seguidamente se llevara a cabo un certamen dedicado a la música con muchos paralelismos. Así nació la Fiesta de la Música Catalana, a semejanza de los Juegos Florales, aunque con singularidades, en especial en el desarrollo de la tipología de premios a otorgar y las numerosas instituciones que se brindaron a concederlos.

El objetivo básico de este certamen musical, según afirmaba Felip Pedrell en su discurso presidencial de 1904, era la promoción de la música a capela para animar la vida coral catalana; sin embargo, a medida que se sucedían los concursos, se amplió el número de los premios y la variedad de géneros musicales, sin perder de vista los objetivos iniciales. A lo largo de los años también fueron variando las asociaciones y autoridades que ofrecían galardones. Entre los géneros musicales representados se hallan desde los premios musicales destinados al canto coral y todas sus variantes, como la música coral para niños, hasta obra sardanística, piezas para banda y cuarteto de cuerda, para instrumento solista con acompañamiento de orquesta, música para gran orquesta o música de cámara. En definitiva, un abanico de colores musicales, todos con sus correspondientes premios, otorgados por diferentes autoridades e instituciones de Barcelona.

También se incentivaba la búsqueda popular a través de los premios a la recopilación de tonadas populares, la reutilización de repertorios antiguos a través de los arreglos de música popular, así como la recuperación y transcripción de música de nuestros antepasados anterior al siglo XVIII. 
Por su parte, el jurado también evolucionó a lo largo de los años: si las figuras de Lluís Millet y Francesc Pujol estuvieron presentes como alma e impulsores del concurso, más adelante formaron parte del jurado compositores y músicos de prestigio, como Antoni Nicolau, Enrique Granados, Joan Manén, Enric Morera, Lluís Romeu, Amadeu Vives o el alemán Kurt Schindler, entre otros.
Los premios se fueron consolidando y aumentando: diez premios en la primera edición, catorce en la edición de octubre de 1908 (la primera en el Palau de la Música Catalana) y dieciocho en 1920. Cada año los premios eran concedidos por el Ayuntamiento de Barcelona, la Diputación de Barcelona, el Orfeó Català, el obispo de Barcelona, el Ateneu Barcelonès, el Centre Excursionista de Catalunya, la Associació Amics de la Música, entre otras entidades. Cada premio se destinaba a un tipo de composición. Por ejemplo, el del Ayuntamiento de Barcelona se destinaba a la mejor composición para coro mixto, el premio que ofrecía la Diputación se adjudicaba a la mejor composición para coro de voces masculinas, el premio del Ateneu Barcelonès recaía en composiciones de voz y de piano, y el premio del Centre Excursionista se concedía a la colección de canciones populares más importante.

La Fiesta se celebró desde 1904 hasta 1922, con un total de nueve concursos: en concreto los años 1904, 1905, 1906, 1908, 1911, 1915, 1917, 1920 y 1922. Entre los compositores representados aparecen Juan Bautista Lambert, Vicenç Maria Gibert, Joaquim Zamacois, Antoni Massana, Lluís Romeu, Josep Serra, Domènec Mas i Serracant, Josep Sancho Marraco, así como compositoras: Narcisa Freixes –con sus canciones infantiles, posteriormente publicadas–, Montserrat Civil o Julita Farners…

El CEDOC conserva el fondo documental de todas las partituras galardonadas en el concurso, así como otra documentación de la gestión del certamen. Puede accederse aquí. 

https://ocpmc.cat/3UNXEr2

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