Falla y Cataluña. Diálogos musicales
Manuel de Falla, s.a.
Autor desconocido
Fuente: AMF.
Dates: Enero- Marzo 2020
Ubicació: Foyer del Palau de la Música Catalana
Comisario: Jorge de Persia
Coordinación: Marta Grassot
Con la colaboración de: Archivo Manuel de Falla. Granada
Especial agradecimiento a: Elena García de Paredes gerente del Archivo Manuel de Falla y a todo su equipo.
El gaditano Manuel de Falla y Matheu (1876-1946), discípulo de Felipe Pedrell, Claude Debussy y Paul Dukas, culmina los ideales del Modernismo que Isaac Albéniz plasma en la suite Iberia. La cultura catalana fue una constante en su vida desde la niñez en Cádiz. En Madrid estudia con Pedrell, hizo amistad con Amadeu Vives y en 1905 obtuvo el premio del Concurso de piano de la fábrica barcelonesa Ortiz & Cussó. En 1907 en París se acerca a los renovadores Albéniz, Dukas, Debussy, Viñes y Ravel y también conoció a Santiago Rusiñol.
En 1914 en Madrid orientó su labor en colaboración con el empresario y director teatral Gregorio Martínez Sierra y la escritora María Lejárraga, y en 1915 estrenó El amor brujo. Ese año conoció Granada y también Barcelona y culminará la estética modernista con la composición de Noches en los jardines de España, estrenada en 1916.
En 1919 presenta en Londres El sombrero de tres picos, con la colaboración de Picasso y los Ballets Rusos de Serge Diaghilev y se va a vivir a Granada, espacio mítico del Modernismo. Allí dedica al guitarrista Miquel Llobet su primera pieza para guitarra Homenaje a Debussy.
A partir de la década de 1920, Barcelona muestra especial interés por su obra y estrena en el Palau de la Música Catalana Psyché y el Concerto para clave. El empresario y amigo Joan Gisbert se convirtió en su mano derecha. A partir de 1926 se adentró en La Atlántida de Verdaguer y en 1939 embarcó en Barcelona hacia el exilio. Murió en Argentina en 1946.
Ver también:
1. Cádiz. Último cuarto del siglo XIX
“Siempre tuvo Falla gran relación con Cataluña. Como la había entre Cádiz y Barcelona por la vía marítima y comercial, y por otras relaciones más finas y espirituales.”…. (Jaume Pahissa)
A Cádiz habían llegado de Mataró los Matheu, y los Falla de Valencia. Su madre recibe en casa libros y revistas editadas en Barcelona. Son tiempos de la Exposición Universal de 1888 y aquellas noticias, cuentos e ilustraciones encantan al pequeño Manuel.
La Sra. Matheu tocaba bien el piano, y también el abuelo al armonio dejaba oír aires de moda de Bellini. Aquella burguesía gaditana tenía una actividad musical en salones familiares y teatros. Al niño le entusiasmaban los libros de cuentos, ilustrados por Apel·les Mestres, o por Jaume Pahissa. Cuando leyó Mireya de Frederic Mistral tuvo una fuerte impresión, y años después, compuso la música para una parte del mismo, El Canto del Ródano, pieza instrumental estrenada en Cádiz en 1899. También en el Almacén de Pianos de Juan Quirell el joven Falla presentó algunas de sus primeras piezas.
Manuel de Falla.
Cádiz, 1890.Autor desconocido
Fuente: AMF.
Manuel de Falla disfrazado de conde Raúl de Los Hugonotes para un baile celebrado en casa de Ricardo González Abreu.
Cádiz, 6 de marzo de 1886.Autor desconocido
Fuente: AMF.
Retrato de Manuel de Falla junto a su padre y la tía Virginia Matheu; sentadas su hermana Mª del Carmen, su madre María Jesús Matheu y su tía Ana Delgado Matheu. (Puerto Real, ca.1890).
Autor desconocido
Fuente: AMF.
Frédéric Mistral, Mireya: poema provenzal. Barcelona, E. Domenech, 1882. Esta narración impresionó al pequeño Manuel, sobre la que después compuso una de sus primeras obras, hoy perdida.
Fuente: AMF.
Programa del estreno de Mireya. Teatro Cómico
10 de septiembre de 1899, Cádiz.
Fuente: AMF
Portada de El Cascabel, periódico literario, año II, Cádiz, n.º 17. Revista creada por Manuel de Falla durante su primera juventud. Cádiz, 1 de marzo de 1891.
Fuente: AMF.
Página de El Cascabel, periódico literario, Año II, Cádiz, n.º 17, donde se puede leer una descripción de Cataluña. Cádiz, 1 de marzo de 1891.
Fuente: AMF
2. Madrid, cambio de siglo
En el cambio de siglo hay dos estéticas musicales contrapuestas, la del Modernismo catalán, y la del Casticismo madrileño con el gran éxito de la zarzuela. A ese Madrid a donde habían acudido a dar a conocer su obra Pedrell, Granados, Morera y otros, también llegó Amadeu Vives, que hizo buena amistad con Falla; vecinos en la misma casa, celebraron los primeros triunfos de Vives.
Falla, a quien impresionaron unos fragmentos de Els Pirineus de Pedrell que había conocido por una publicación, va a estudiar con el maestro (1902-1904), etapa que culmina con La vida breve, premiada aunque no estrenada. Buen pianista además, obtendrá en 1905 el Premio Ortiz & Cussó, de la reconocida fábrica catalana.
Falla fue fiel toda la vida a la maestría de Pedrell. Así lo manifestó a la muerte del maestro en 1922 y en 1938 compuso Pedrelliana sobre motivos de La Celestina, que sería estrenada en el Teatro Colón de Buenos Aires poco después
Amadeu Vives. "A mi amigo Falla. Su affmo. A. Vives.
Enero 1901 ".
Foto: Pau Audouard. Barcelona.Fuente: AMF
Portada de la partitura de copista de Prisionero de guerra (c. 1903 a 1904), testimonio de una de las colaboraciones entre Manuel de Falla y Amadeu Vives, que compartieron los primeros años del siglo XX en Madrid, reino de la zarzuela.
Fuente: AMF
Retrato de Felip Pedrell
Autor desconocido
Fuente: AMF
Fragmento de un manuscrito de Falla sobre su maestro Felipe Pedrell. 1922.
Fuente: AMF
Portada del manuscrito autógrafo de Pedrelliana. Manuel de Falla estrenó esta obra en el Teatro Colón de Buenos Aires en 1939.
Fuente: AMF.
Diploma que acredita la concesión del premio de piano de la reconocida casa Ortiz & Cussó a Falla, en Madrid, en 1905. Firma, entre otros, Joaquim Malats.
Fuente: AMF.
"Los pianos Cussó SFHA, Crónica musical, S.A. donde se ve el "Piano Gran Cola de Concierto" que se entregaba al ganador.
Fuente. AMF.
3. Falla viaja a París (1907-1914)
Manuel de Falla llegó a París en 1907 y tomó contacto con Ricard Viñes. Además de Debussy y Dukas con quienes estudió, su círculo de referencia serán los músicos Isaac Albéniz, Viñes y Joaquín Nin, a quienes se suma periódicamente Granados, activos y reconocidos adalides catalanes de la música española en París. A través de Albéniz conoce a Santiago Rusiñol.
Albéniz le sugirió que escribiese una obra importante. Él la había imaginado para piano, pero Albéniz le dijo: “Nada de tablitas, ¡Cuadros! ¡Cuadros!” (Jaume Pahissa).
Viñes le instó a que fuese para piano y orquesta, y a él están dedicadas Noches en los jardines de España.
Claude Debussy, fotografía dedicada por la viuda del compositor a Manuel de Falla. Dedicatoria: “À M. de Falla avec la profunde admiration d’Emma Claude Debussy”.
Autor desconocidoFuente: AMF.
Ricard Viñes al piano y Maurice Ravel. Fragmento de un cuadro de Georges de Espagnat, 1911.
Fuente: © Georges de Espagnat, VEGAP, Barcelona, 2020.
Retrato de Joaquín Nin dedicado a Manuel de Falla el último año de su estancia en París. "A Manuel de Falla l’ami rare, le musicien plus rare encore; à l'artiste et à l'homme cet hommage de devotion artistique et spirituelle. J.J. Nin ". París, 1914.
Fuente: AMF.
Portada de la partitura manuscrita de los Nocturnos (Noches en los jardines de España) con la dedicatoria a Ricard Viñes. Albéniz y Viñes animaron a Falla a componer esta partitura, en la que trabajó también en 1915 en el Cau Ferrat.
Fuente: AMF.
Santiago Rusiñol, Jardines de España. Barcelona, 1903. Para su inspiración en Noches en los jardines de España, Falla pidió desde París a su familia esta edición que había dejado en Madrid, regalo de sus amigos.
Fuente: AMF.
Portada de El Albaicín de Isaac Albéniz con dedicatoria autógrafa del autor. 1907. Albéniz se convirtió en una de las grandes referencias de Manuel de Falla cuando lo conoció en París en 1907. De su suite Iberia bebió las esencias del Modernismo y el maestro de Camprodon le correspondió con su amistad.
Fuente: AMF.
Isaac Albéniz al piano y a la izquierda Paul Dukas y Deodat de Séverac. 1907.
Fuente: Museo Isaac Albéniz. Camprodon.
4.. Primera visita a Barcelona
Con motivo de la Guerra de 1914 volvió a Madrid, donde colaboró con la escritora María Lejárraga y su entonces marido Gregorio Martínez Sierra, creadores del Teatro de Arte. El amor brujo y El corregidor y la molinera abrieron la puerta a un nuevo cambio estético.
El 1915 fue un año de viajes y sensaciones que marcarían su vida: visitó Granada con la escritora María Lejárraga y, en julio, llegó a Barcelona: "Estoy estupefacto [escribe a su amigo Leopoldo Matos] de ver cómo me conocen aquí sin haber venido yo hasta ahora. Toda la gente que tiene relación con teatro, música, etc. es amabilísima conmigo. No sé aun cuando me iré, ya que Gregorio y María insisten en que me quede" (carta a Leopoldo Matos, Barcelona 07/23/1915, AMF)
Durante los casi seis meses de estancia en Barcelona, en casa de los Martínez Sierra en la calle Roselló, compuso músicas incidentales -hoy perdidas- para obras que presentó Martínez Sierra en el teatro Novedades. Pahissa destacó las compuestas para Amanecer, y muy especialmente las de Otello.
Rusiñol le invitó a trabajar y disfrutar del silencio de Sitges y allí, instalado en el viejo hotel Subur, compartió –“con saludables baños de mar”- jornadas de trabajo en el piano del Cau Ferrat en la orquestación de los Nocturnos (después Noches en los jardines de España) y en la “reprise” de El amor brujo. De aquel paseo con María por Granada y otras ciudades compuso en Barcelona, en noviembre, la canción El pan de Ronda, dedicada a ella.
Manuel de Falla en el piano del Cau Ferrat. Dibujo atribuido a Santiago Rusiñol. ca.1915
Fuente: AMF.
Postal de María Lejárraga a Manuel de Falla.
Sitges, 17 de julio de 1915.Fuente: AMF.
Postal de Manuel de Falla a María Lejárraga. Sitges, 20 de julio de 1915. Fuente: Archivo Lejárraga. Madrid
Fuente: AMF
Partitura manuscrita de El pan de Ronda que sabe a verdad, dedicada por Manuel de Falla a María Lejárraga cuando vivían en Barcelona.
1915.Fuente: AMF.
"El Cuarteto Renacimiento al eminente músico D. Manuel de Falla en prueba de profunda admiración y amistad. Barcelona, 1915. Antonio Planas, Luis Sánchez, Eduardo Toldrà, José Recasens ". Falla y el Cuarteto Renacimiento habían coincidido en París en 1913. La amistad con Eduard Toldrà ilustra especialmente la relación de Falla con Cataluña.
Fuente: AMF.
Retrato de estudio de Joan Gisbert junto a Manuel de Falla. Barcelona, 1925. Joan Gisbert -de profesión fabricante de corbatas y cuellos- melómano y albacea de Pedrell, dedicó grandes esfuerzos a difundir la música de Manuel de Falla y a ayudarle en los más variados asuntos. Era, según Moragas,"El cónsul de Falla en Barcelona".
Fuente: AMF.
Fotografía dedicada por Conxita Badía a Manuel de Falla. "Al ilustre Maestro Manuel de Falla. Su más grande entusiasta. Concepción Badía de Agustí. Sevilla 19-12-1926 ". Granados comentó a Falla que Conxita Badía, quizás su discípula más importante junto a Frank Marshall, "canta como nadie mis tonadillas ". Fue amiga cercana de Falla, incluso durante el exilio de ambos en Argentina. Falla dice a Pedrell (julio de 1916): "Tuve grandísimo gusto en conocer a la Srta. Badía, que es una verdadera artista ".
Fuente: AMF.
Oficio comunicando a Manuel de Falla su nombramiento como socio protector del Orfeó Catalá. Barcelona,
12 de octubre de 1932
Fuente: AMF.
5.El eco de la prensa
Estos recortes de prensa con comentarios del crítico y director de escena Rafael Moragas en relación con la presencia de la música de Falla en los escenarios de Cataluña, nos muestran una sociedad que aplaude los valores de modernidad y que los promueve, así como un músico que asume los ideales del arte promovidos a partir del Modernismo.
La prensa ha dejado, al menos en España desde finales del siglo XVIII hasta las últimas décadas del siglo XX, testimonio de la vida musical de las grandes ciudades. El Archivo Manuel de Falla conserva los recortes que el músico guardaba, algunos con anotaciones, en años en que la crítica disponía de nombres de bandera como los de Moragas o Salazar, entre otros.
Durante años, Rafael Moragas así como otros críticos, no dejaron de comentar y enaltecer la obra de Falla. Lo testimonian -como señala Màrius Verdaguer- los artículos publicados por Moragas en «La Tribuna», «La Noche», «El Día Gráfico», «El Heraldo de Madrid» o «El Liberal».
Rafael Moragas. «La Noche».
Barcelona, 21 de marzo de 1927.Fuente: AMF.
Frederic Lliurat. «La Voz de Cataluña».
Barcelona, febrero de 1925.Fuente: AMF.
Rafael Moragas. «La Noche».
Barcelona, 22 de marzo de 1927.Fuente: AMF
Este artículo de «La Voz de Cataluña» del mes de febrero de 1925, sin firma, reflexionaba hace casi un siglo sobre un tema de actualidad.
Archivo Histórico de Barcelona.Rafael Moragas. «La Noche».
Barcelona, 25 de marzo de 1927.Fuente: AMF.
Rafael Moragas. «La Noche».
Barcelona, 17 de octubre de 1932.Fuente: AMF.
Rafael Moragas. «La Noche».
Barcelona, 5 de diciembre de 1933.Fuente: AMF.
6.Entre Granada y Barcelona (A partir de 1920)
Falla estrenó El Sombrero de tres picos en Londres y en París, con Picasso y Diaghilev, donde obtuvo el reconocimiento definitivo. Fue cuando dejó Madrid y se instaló en Granada (lugar mítico de los modernistas) cuando intensificó su relación con Barcelona y empezó una etapa de síntesis: recuperó la guitarra con la obra Homenaje a Debussy (1920), que escribió para Miquel Llobet, culminó su obra para piano con la Fantasia Bætica en 1921, y en 1923 compuso El retablo de maese Pedro, recuperando el espíritu integrador modernista. Joan Lamote de Grignon lo invitó a participar en su ciclo de conciertos y generó en Falla una relación de admiración hacia la Banda Municipal. Lamote hizo las adaptaciones de obras de Falla, celebradas por el autor.
Juan Gisbert -albacea de Pedrell- se convirtió en amigo y colaborador fundamental de Falla. La Orquesta Pau Casals tocaba sus obras y Manuel Clausells se encargó a través de la Asociación Música da Camera de la organización –en el Palau de la Música Catalana- del estreno de Psyché el 9 de febrero de 1925, junto con El retablo de maese Pedro y El sombrero de tres picos. El 5 de noviembre de 1926 en el “Festival Manuel de Falla” estrenó también en el Palau su Concerto para clave.
Caricatura del Concurso de Cante Jondo. En primer plano, Ignacio Zuloaga, Manuel de Falla, Federico García Lorca y detrás, con pipa, Santiago Rusiñol.
Autor: Antonio López Sancho, 1922.
Fuente: Ayuntamiento de Granada.
Miguel Llobet. "Al más genial de nuestros músicos contemporáneos Manuel de Falla con sincero afecto, profunda gratitud y ferviente admiración ... Granada, 2 de mayo de 1921 ".
Foto: Joan Vilatobà, Barcelona.
Fuente: AMF.
Manuel de Falla y Santiago Rusiñol en la Alhambra. Granada, 1922.
Autor desconocido
Fuente: AMF.
Programa de mano del concierto en el Teatro Olympia el 27 de marzo de 1927. Intervino la Banda Municipal interpretando El amor brujo y dos de las Siete canciones populares de Falla, obras arregladas por Juan Lamote de Grignon. El público aclamó el compositor, y Falla se animó a dirigir la Banda Municipal.
Fuente: AMF.
Programa de mano del estreno mundial del Concerto para clave en el Festival Manuel de Falla celebrado en el Palau de la Música Catalana. 5 de noviembre de 1926
Fuente: AMF
Programa de mano del estreno mundial de Psyché, y de la primera representación en Barcelona de El retablo de maese Pedro.
7 de febrero de 1925.Fuente: CEDOC.
Programa de mano del estreno mundial de Psyché, y de la primera representación en Barcelona de El retablo de maese Pedro.
9 de febrero de 1925.Fuente: CEDOC.
El maestro Falla a la izquierda y la Orquesta Bética, tras uno de los conciertos que tuvieron lugar en el Palau de la Música Catalana en 8. El maestro Falla -a la izquierda- y la Orquesta Bética, tras uno de los conciertos que tuvieron lugar en el Palau de la Música Catalana en febrero de 1925. «La Noche».
11 de febrero de 1925
Fuente:Archivo fotográfico de Barcelona
7. Los amigos de Barcelona
“Cuando Falla venía a Barcelona, le acompañaba su inseparable amigo Juan Gisbert, melómano y fabricante de cuellos y corbatas, quien llegó a vender un cuello marca Manuel de Falla. Para el tortosino Gisbert, que era una excelente persona, existían en el mundo dos seres inatacables: Lo mestre Pedrell (Gisbert utilizaba el artículo neutro, como buen tortosino) y don Manuel, Lo Falla”.
El crítico Rafael Moragas decía: "A Lo Gisbert todos le teníamos gran simpatía por su solicitud y su bondad. Durante las estancias de Falla en Barcelona, no le abandonábamos el concertista de guitarra Miquel Llobet y yo” (M. Verdaguer).
Es larga la lista de amigos catalanes de Falla, con los que mantenía relación epistolar. Sólo para mencionar algunos nombres más cercanos: Juan Gisbert, Frank Marshall, discípulo de Granados, igual que Conchita Badía, el admirado Apel·les Mestres, Santiago Rusiñol, Manuel Clausells, Joan Lamote, Miquel Llobet, Lluís Masriera, Francesc Pujol, Lluís Millet, Rafael Moragas, Jaume Pahissa, Josep M.ª Sert, Eduard Toldrà, Joan Lamote o el notario Antoni Par..
Fiesta en honor de Manuel de Falla en el estudio de Oleguer Junyent en Barcelona, marzo de 1927.
De izquierda a derecha: Anita Aguilar de Llobet, Concepción Callao, María Fuente del Valle, María Junyent, María Par Espina, Montserrat Junyent, Rafael Moragas, Conxita Badía, Manuel de Falla, Frank Marshall, Oleguer Junyent, Miguelina Llobet y Alberto Par. Autor desconocidoAutor desconocido
Fuente: AMF.
Manuel de Falla, Frank Marshall y Jaume Pahissa con la Cobla La Principal de La Bisbal, en Tossa del Mar. 1926.
Autor desconocido.
Fuente: Centro de Documentación de la Academia Marshall (CEDAM)
"A nuestro querido Manuel de Falla rememorando unos días inolvidables pasados con él y el triunfo de sus obras. Rafael Moragas, Frank Marshall, F. Blanch, Juan Gisbert”. Barcelona, febrero de 1925.
Autor desconocido
Fuente: AMF.Fuente: AMF.
Carta de Moragas y otros a Falla. La amistad y cierta complicidad con Rafael Moragas, crítico musical, escritor y director de escena, resulta evidente a través de su atractiva correspondencia, desde sus tiempos vinculados al Teatro Novedades cuando la compañía de Martínez Sierra programó allí Amanecer y Otello en 1915 con músicas incidentales de Falla. Este intercambio epistolar habla de su especial sensibilidad.
Fuente: AMF
Carta de Manuel de Falla a Rafael Moragas. La amistad y cierta complicidad con Rafael Moragas, crítico musical, escritor y director de escena, resulta evidente a través de su atractiva correspondencia, desde sus tiempos vinculados al Teatro Novedades cuando la compañía de Martínez Sierra programó allí Amanecer y Otello en 1915 con músicas incidentales de Falla. Este intercambio epistolar habla de su especial sensibilidad.
Fuente: AMF
Borrador de un telegrama de Manuel de Falla a Lluís Millet del 2 de diciembre de 1932.
Font: AMF.
Apel·les Mestres, Amoroses. Dotze cansons. Barcelona: Boileau, 1929.
El "jardinero", poeta, escritor y músico Apel·les Mestres y Manuel de Falla compartieron admiración mutua, y Falla pensó orquestar algunas de sus canciones. El compositor guardaba en su biblioteca libros y partituras dedicadas por el poeta.
Fuente: AMF.
Carta de Manuel de Falla a Lluís Millet, Francesc Pujol, Vicenç María de Gibert, Joan Salvat y Frederic Lliurat. 28 de junio de 1932.
Falla, amigo de dirigentes importantes de la Segunda República, no dudó en criticar con firmeza las agresiones contra la fe cristiana en tiempos de las crisis de la Segunda República, y al mismo tiempo, ante autoridades eclesiásticas, la falta de sensibilidad social.
Fuente: CEDOC
8. Atlántida, ¿dónde estás?
Tras el estreno del Concerto en Barcelona en 1926, la ciudad se volcó a celebrar los 50 años de Falla. Coincidía también con el medio siglo de La Atlántida de Jacint Verdaguer, poema que conmovió al compositor y al que dedicaría los casi veinte últimos años de su vida.
De niño las historias oídas en Cádiz –en cuyo escudo aparece Hércules- habían alimentado su fantasía sobre los trabajos del héroe; Pirineos, las Hespérides, la apertura de aquellas columnas, la cercanía de aquel continente perdido y la conjunción de mito y realidad le llevaron a una tarea intensa, alimentada por la colaboración con Josep Mª Sert y Lluís Millet, con quienes proyectó el estreno -con decorados del pintor y con el Orfeó Català- de aquel oratorio con coros y orquesta en la Exposición Universal de 1929. Falla quería con ello rendir un homenaje a Cataluña por toda la comprensión de que gozaba aquí.
Los trabajos para su Atlántida lo llevaron a su Cádiz natal, donde poder visitar aquellos lugares marcados por el mito de Hércules y tomar notas de los sonidos. Los borradores de la partitura muestran cómo en momentos de crisis, como los de la República, o la Guerra Civil, su trabajo describía, por ejemplo, el hundimiento de la Atlántida. Pasó la Guerra aislado en Granada, conviviendo con el horror del asesinato de amigos muy cercanos, especialmente García Lorca.
La constatación del avance de los fascismos, lo empujaron al exilio en Argentina. Él mismo -con esperanza- subrayó que fue en América donde Verdaguer pudo al fin terminar su obra; otra conjunción del destino. Y en aquellas tierras de acogida buscó nuevamente la inspiración y el trabajo durante siete años, hasta que la muerte le sorprendió de manera inesperada el 14 de noviembre de 1946, dejando su Atlántida inacabada.
Atlántida fue rehecha según el criterio de Ernesto Halffter, utilizando partes acabadas por el maestro. El estreno en Barcelona fue un alarde político del franquismo; en lo musical y personal fue importante el director Eduard Toldrà, gran músico y amigo de Falla.
9. En el exilio
Un grupo importante de catalanes colaboró junto a músicos e instituciones de Argentina en el viaje de Manuel de Falla. El compositor embarcó en el Neptunia en el puerto de Barcelona, el 2 de octubre de 1939, "sin billete de vuelta", para llegar a Buenos Aires el día 18, esperado y recibido por numerosos amigos, admiradores y futuros amigos.
Es interesante constatar que los nombres de quienes participaron en ayuda del maestro formaban parte de la importante colonia de catalanes establecidos en aquella ciudad. Los Escasany le dejaron una casa en el campo para descansar de sus conciertos en el Teatro Colón; Antonio Freixas, Luis Vehils, Francesc Cambó y otros, junto con el matrimonio de Buenos Aires Castro-Aguirre le ayudaron constantemente en su vida cotidiana y disfrutaron de la cordialidad del maestro.
Jaume Pahissa con Manuel de Falla en su casa de Los Espinillos. Alta Gracia (Argentina), 1946.
Fuente: AMF.
María del Carmen y Manuel de Falla junto a Conxita Badía y Juan José Castro en Radio "El Mundo". Buenos Aires, diciembre de 1942.
Autor desconocido
Fuente: AMF.
Los Espinillos, última residencia de Manuel de Falla. Alta Gracia (Argentina). Diciembre de 1942.
Fuente: AMF.
Jacint Verdaguer, La Atlántida. Barcelona, 1906. Edición ilustrada por Josep M. Xiró Taltabull.
Manuel de Falla dispuso de diferentes ediciones del poema de Verdaguer para su tarea compositiva. En el Archivo Manuel de Falla se conservan ejemplares con anotaciones del músico sobre el texto
Fuente: AMF.
Programa de mano del estreno mundial de Pedrelliana. Teatro Colón (Buenos Aires). 23 de noviembre de 1939. Pocas semanas después de la llegada del compositor a su exilio definitivo, Manuel de Falla dirigió junto a Juan José Castro este concierto, último de la primera serie en Buenos Aires.
Fuente: AMF.