El Palau, Europa i "La Porta de l'Infern"
Fechas: marzo-julio 2023
Ubicación: Foyer del Palau de la Música Catalana
Comisario: Lluís Domènech i Girbau
Documentación: Marta Grassot Radresa
Lluís Domènech i Montaner, al recibir el encargo profesional de proyectar el Palau de la Música, intentó obtener la información necesaria para que el futuro edificio cumpliera su función principal: escuchar música. Semejantemente como había hecho con el proyecto del Hospital de Sant Pau, es decir, consultando más de un centenar de hospitales construidos hacía poco, con el Palau, aunque no tenía mucho tiempo, dada la prisa del Orfeó a disfrutar de una nueva sede, entró en contacto con los últimos auditorios construidos en Europa. En su elección dejó a un lado el modelo del Victoria Hall, recién estrenado en Ginebra, que le proponía el presidente Joaquim Cabot en una amable postal, y concentró sus esfuerzos en tres salas: el Musikverein de Viena, la Gewandhaus de Leipzig y el Concertgebow de Ámsterdam, las tres producto de la promoción de la sociedad civil y de características físicas similares. La Gewandhaus desapareció bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial, pero las otras dos también gozaban de la fama de tener la mejor acústica del mundo y por esa razón las eligió Domènech y Montaner como modelos.
Esta exposición compara las características de estas salas con el Palau para mostrar la valía técnica de Domènech y la pervivencia del Palau de la Música Catalana.
El Palau y las salas europeas (I)
Lluís Domènech i Montaner tenía la costumbre, antes de iniciar un nuevo proyecto arquitectónico, de dedicar una fase a obtener información y analizar las últimas realizaciones de temática similar al encargo profesional recibido. En el proyecto del Palau (1905), pese a la prisa que exigía el Orfeó, eligió tres modelos de salas europeas: el Musikverein de Viena, la Gewandhaus de Leipzig y el Concertgebouw de Ámsterdam, edificados en los últimos años con los nuevos conceptos sobre capacidad, ambiente y acústica. La Gewandhaus fue destruida en la Gran Guerra europea y sustituida por una sala moderna. El Musikverein pasa por tener la mejor acústica y el Concertgebouw plantea la novedad de espectadores detrás de la orquesta.
El problema más grave para Domènech fue adaptar la irregularidad del solar adquirido por el Orfeó para inscribir la tipología de sala de audiciones que tenían los “modelos” que regían en Europa en ese momento, y conseguir el aforo que le pedían aproximadamente unos 1.500 espectadores. El Musikverein tiene 1.680, la Gewandhaus 1.560, pero a finales de siglo, con el advenimiento de las grandes estructuras de hierro se pudo aumentar la anchura y cabida del Concertgebouw, que alcanza los 2.206 espectadores. El Palau cumple la regla acústica de la shoe box, que imperaba en la época, y permite albergar en la sala un paralelepípedo de 40 x 20 x 20 m.
Plan general de la doble fachada del Palau de la Música. Actual calle de Amadeu Vives en la banda derecha y calle de Sant Pere Més Alt a la izquierda. es. 1910-1920. Fotografía: Alessandro Merletti.
Fuente: CEDOC.
Exterior del Concertgebouw (Amsterdam) en 1888.
Fotografía: Karl Cramer.Fuente: Universidadesbibliotek.
Exterior de la Gewandhaus (Leipzig).
Fuente: Stadtgeschichtliches Museum Leipzig.
Plan general de la Gewandhaus, ideada por Martin Gropius y construida en 1884 en Leipzig. La sala fue destruida en 1944 durante la Segunda Guerra Mundial.
La primera sala de conciertos fue construida en 1781 por el arquitecto Johann Carl Friedrich Dauthe y también era un edificio utilizado por los comerciantes de tejidos. Por último se edificó un nuevo edificio únicamente para conciertos; fue la segunda Gewandhaus, concebida por Martin Gropius. Abrió el 11 de diciembre de 1884. Fue destruida en los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial entre 1943 y 1944. La tercera Gewandhaus en Augustusplatz se inauguró el 8 de octubre de 1981.
Fotógrafo: autor desconocido.
Fuente: Stadtgeschichtliches Museum Leipzig
Plan general de las escaleras principales del Palau de la Música Catalana.
Fotógrafo: autor desconocido, ca. 1930.Fuente: CEDOC
Plano general del hemiciclo del Palau de la Música Catalana.
Fotógrafo: Adolfo Zerkowitz, ca. 1930.
Fuente: CEDOC
Pla general de les escales de l’interior de la Gewandhaus.
Fotògraf: U. Verlag v Pietro del Vecchio.
Font: Stadtgeschichtliches Museum Leipzig
Construcción del gran salón del Musikverein (Viena) en 1911.
Fotógrafo: autor desconocido.
Fuente: Sociedad de Amigos de la Música de Viena. Biblioteca, Archivo y Colecciones
Interior del Palacio de la Música Catalana en construcción.
Fotógrafo: autor desconocido, ca. 1906.
Fuente: CEDOC
Interior del Concertgebouw en Amsterdam, inaugurado en 1888 y creado por el arquitecto Adolf Leonard van Gendt. La sala principal, en lo que se refiere al diseño y los materiales utilizados, se basaba en la gran sala de conciertos de la Neue Gewandhaus de Leipzig. El arquitecto consiguió, con los medios de la época, una acústica inigualable, teniendo sólo como referencia otras saltas de concierto en las que inspirarse.
Fotógrafo: autor desconocido
Diseño de la fachada del Concertgebouw de Adolf Leonard van Gendt. Se observan elementos similares en la fachada del Palau: balcón, columnas, busto de compositores y friso en la parte superior. 1883.
Fotógrafo: desconocido
Fachada del Palau de la Música Catalana. Balcón con columnas, esculturas de los compositores y mosaico superior.
Fotografía: Triángulo Postales.
Fuente: CEDOC
El Palau y las salas europeas (II)
La comparación con la sala del Musikverein sugiere a Domènech la posibilidad de un anfiteatro escalonado y así aumentar la capacidad del público sin perder la visión del escenario. La sala de Viena forma parte de una construcción mayor y, por tanto, no goza de luz natural, y confía la ambientación a la ornamentación dorada de las esculturas. Tampoco el Concertgebouw tiene contacto con el exterior, pero lo compensa con gran amplitud y altura. El Palau introduce la gran innovación ambiental de tener una luz natural filtrada a través de las vidrieras, lo que se traduce en un gran poder sugerente a la hora de escuchar música. Con las tonalidades rosadas, verdosas o terrosas, Domènech intentaba imaginar una luz de atardecer, imagen romántica.
El Palau de la Música se proyectó con muy poca documentación gráfica, prácticamente la que se publica en la página de «La Veu de Catalunya» en febrero de 1905, debido al corto plazo del que gozaba Domènech para redactar el proyecto, pero ésta dificultad se redujo gracias a la gran calidad de los artistas e industriales que colaboraban con el arquitecto, quienes en las visitas a la obra aportaban las soluciones concretas a partir de los croquis de Domènech. El arquitecto tampoco se preocupaba de la total continuidad entre los episodios, sino que prefería una sucesión de diafragmas que se abrían a cambios espaciales, como ocurre con las secuencias sucesivas del cuerpo de escalera, sala de público y escenario, interferidas por los diafragmas de las vidrieras y, sobre todo, por la boca de la escena, “puerta” gloriosa que enmarca el espectáculo que se ofrece.
Litografía del Musikverein (Viena). Sección longitudinal, borrador final. Autor: Th. Hansen. 1870.
Fuente: Sociedad de Amigos de la Música de Viena. Biblioteca, Archivo y Colecciones.
Sección longitudinal del Palau de la Música Catalana. Dibujo de Òscar Tusquets.
Fuente: CEDOC.Acuarela del Musikverein (Viena). Primer borrador: Th. Hansen.
Fuente: Sociedad de Amigos de la Música de Viena. Biblioteca, Archivo y Colecciones.
Página de «La Veu de Catalunya» del 9 de febrero de 1905 donde se publicaron los cuatro dibujos básicos del Palau, los únicos que Domènech había preparado con un tiempo mínimo. El artículo de Joan Maragall La Casa dels Cants acompaña a las ilustraciones.
Fuente: CEDOC
Reproducción del croquis de las musas del escenario del Palau de la Música Catalana.
Autor: Lluís Domènech i Montaner.
Fondo: Lluís Domènech i Montaner. Archivo Histórico del Colegio de Arquitectos de Cataluña
Reproducción del detalle de la construcción de la escalera imperial en el tramo inicial con la farola y los balaustres de vidrio.
Autor: Lluís Domènech i Montaner.
Fondo: Lluís Domènech i Montaner.
Archivo Histórico del Colegio de Arquitectos de CataluñaReproducción del alzado principal con la composición que pasa del orden dual de la planta baja (imprescindible para resolver el acceso) al orden tripartito de los pisos, facilitando el giro de la esquina y de la medianera.
Autor: Lluís Domènech i Montaner.
Fondo: Lluís Domènech i Montaner.
Archivo Histórico del Colegio de Arquitectos de CataluñaCroquis del fragmento de la derecha del escenario, con el busto de Beethoven y la columnata dórica, ambos elementos unidos por una nube.
Autor: Lluís Domènech i Montaner.
Fondo: Lluís Domènech i Montaner. Archivo Histórico del Colegio de Arquitectos de Cataluña
La financiación del Palau y la emisión de obligaciones
La construcción del Palau de la Música Catalana fue azarosa, sobre todo por la falta de financiación, a pesar de la aportación económica personal de Joaquim Cabot, presidente de la entidad. Sabemos que el presupuesto inicial fue de 450.000 pesetas, pero la laboriosidad hizo crecer el gasto a un millón, según el testimonio del tesorero de la entidad Tomàs Millet i Estapé. Para poder financiar las obras, se emitieron unas obligaciones populares como mecanismo financiero y Domènech recibió parte de sus honorarios en este concepto.
A pesar de la buena disposición de Cabot, una parte de la Junta del Orfeó opinaba que las propuestas del arquitecto eran dispendiosas por la ornamentación propuesta y esto motivó reuniones violentas, provocando la dimisión de Francesc Guardia, el arquitecto ayudante de Domènech.
Para afrontar los gastos de la construcción del Palau, la Junta creyó necesaria la emisión de obligaciones de cantidades diferentes, que serían compradas por suscripción popular. Así fue como en 1906 se emitieron 6.000 obligaciones de 100 pesetas, y al cabo de un año se logró más de la mitad de la suscripción.
Además de la suscripción popular, también colaboraron en terminar la obra algunos mecenas, como en el caso de la gran escultura de Miquel Blay, La cançó popular catalana, financiada por el marqués de Castellvell. Gracias a los registros de cuentas entre 1905 y 1908 se observa la evolución de los gastos del Palau, que llevaron de cabeza tanto al arquitecto como a la Junta del Orfeó para obtener liquidez. Debemos decir que en el aspecto económico, el papel de Cabot fue esencial para finalizar las obras.
Emisión de obligaciones para hacer frente al empréstito pedido para cubrir el coste de la construcción del Palau de la Música. Mayo de 1906.
Fuente: CEDOC
Certificados de compra de obligaciones por parte de Francesca Bonnemaison y Angel Guimerà.
Fuente: CEDOC
Retrato de Joaquim Cabot i Rovira, presidente del Orfeó Català en dos mandatos. Gracias a su empuje y capacidad innovadora sacó adelante la construcción del Palau.
Fotógrafo: autor desconocido.
Fuente: CEDOC
Resumen de los gastos de construcción del Palau de la Música Catalana, con fecha de noviembre de 1907.
Fuente: CEDOC
Acuerdo entre el marqués de Castellvell y el Orfeó Català, por el que el marqués se responsabiliza del pago de la escultura de Miquel Blay. 31 de diciembre de 1906.
Fuente: CEDOC
https://bit.ly/3ILIyfi
Convocatoria para la reunión de la Junta en el solar donde debía colocarse la primera piedra del Palau de la Música Catalana.
Fuente: CEDOC.
La colocación de la primera piedra en el Palau de la Música el 23 de abril de 1905. En la banda derecha detrás de la mesa: Joaquim Cabot, presidente del Orfeó Català; Felip Pedrell, socio honorífico, y otros miembros de la Junta del Orfeó. Fotografía: Adolf Mas i Ginestà.
Fuente: CEDOC.
Imagen general de la colocación de la primera piedra en el Palau el 23 de abril de 1905. Fotografía: Autor desconocido.
Fuente: CEDOC.
Plan general de la escultura de Miquel Blay dedicada a la canción popular situada en el exterior de la esquina del edificio. La realización fue pagada por el señor Joaquim de Càrcer y de Amat, marqués de Castellvell. La estética del conjunto alegórico es una obra primordial del Modernismo. La doncella, que representa la canción, está acompañada por personajes de diferentes edades y oficios que representan al pueblo catalán, del que surge la música tradicional; todos bajo la protección de Sant Jordi, patrón de Catalunya.
Fotógrafo: Adolf Zerkowitz, ca. 1925-30.
Fuente: CEDOC
Imagen del Palau en construcción con el presidente Joaquim Cabot a la izquierda observando el avance de las obras.
Fotógrafo: autor desconocido.
Fuente: CEDOC
Claustro del antiguo convento de San Francisco de la orden de los Mínimos. El convento fue vendido después de 1835 para dedicarlo a fábrica de estampados y el claustro fue derribado definitivamente en 1902. En este solar fue edificado el Palau de la Música.
Fotógrafo: autor desconocido.
Fuente: CEDOC
La construcción del Palau. Estructura y seguridad
Domènech i Montaner no sólo dirigió la arquitectura de aquella nueva morada, sino que marcó las líneas y los detalles de muchos aspectos decorativos, conservados en el archivo Lluís Domènech i Montaner que custodia el Colegio de Arquitectos. Sin embargo, en el Centro de Documentación del Palau hay un documento conocido hace pocos años en el que nos habla del sistema de seguridad del Palau.
Pese a las dificultades que tuvo el arquitecto, Domènech también preveyó incluso un sistema de protección antiincendios, en el que especificaba que el Palau, no siendo un edificio aislado, condición que marcaba el reglamento vigente, estaba dotado de muros cerámicos de espesor resistente al fuego, y que los pilares metálicos, el elemento que colapsa primero en un fuego, estaban forrados de capas de mortero ignífugo y que los balcones corridos de fachada, interpretados hasta ahora como motivos compositivos y ornamentales, eran en realidad vías de evacuación de las diversas plantas para alcanzar la calle. Tampoco debemos olvidar que paralelamente al trabajo de los arquitectos y artesanos, el otro elemento básico incorporado al poco tiempo fue el órgano de la casa Walcker, en 1908. En 1905 Lluís Millet recibía el encargo corporativo de viajar a Estrasburgo y París para examinar órganos, y finalmente se adquirió lo propuesto por la casa Walcker de Ludwisburg.
Las últimas intervenciones del Palau han dotado al Palau de mejores condiciones de aislamiento al sonido exterior, de vías de evacuación más eficientes y de confort ambiental.
Imagen del interior del Palau, primer y segundo piso, todavía en construcción, con el interior todavía desnudo de las butacas. Fotografía: autor desconocido.
Fuente: CEDOC.
Plan general de unos obreros en el Palau durante la construcción superior de la claraboya, donde se observa su estructura. Fotografía: autor desconocido.
Fuente: CEDOC.
Carta de Lluís Domènech i Montaner dirigida a Joaquim Cabot sobre el avance de la construcción.
Fuente: CEDOC.
Carta de Lluís Domènech i Montaner dirigida a Joaquim Cabot sobre el avance de la construcción.
Fuente: CEDOC.
Carta de Joaquim Cabot dirigida a Lluís Domènech i Montaner, en la que se habla sobre el arco esculturado de la boca del escenario que se finalizó después de la inauguración. También se habla sobre la colocación de las vidrieras, a cargo del vidriero Antoni Rigalt , para tener a punto el edificio para la inauguración inminente del mes de febrero, así como unas pinturas decorativas de la Sala de descanso (actual Sala Lluís Millet ) que al final no se realizaron. 22 de enero de 1908
Fuente: CEDOC
http://bitly.ws/KuYR
Manuscrito hológrafo de Lluís Domènech i Montaner donde se especifican las características de seguridad que tendrá el Palau, desde los materiales con los que se construirá hasta las anchuras de las diferentes salidas y de las escaleras que debe tener el edificio para cumplir la normativa de seguridad.
Fuente: CEDOC
https://bit.ly/3Sj4otL
Las columnas del balcón en construcción en la Sala Lluís Millet i Pagès, ca. 1907.
Fotógrafo: autor desconocido.
Fuente: CEDOC
El Palau el 1908, poc abans de la inauguració, quan encara no s’havien fet les escultures a banda i banda de l’escenari. La boca de l’escenari no es va finalitzar fins al 1909, després de la intervenció, de Pau Gargallo
Fotògraf: autor desconegut.
Font: CEDOC
Primer plano del órgano de la casa alemana E. F. Walcker.
Fuente: CEDOC
Factura del coste final del órgano de la casa alemana E. F. Walcker, (1906-1908).
Fuente: CEDOC
Contrato con todos los detalles técnicos del órgano de la casa alemana E. F. Walcker (1906-1908).
Fuente: CEDOC
La colaboración de los artesanos (I)
Un aspecto importantísimo que cabe destacar en el Palau de la Música Catalana son todos los trabajos decorativos y ornamentales, hechos con tanto cuidado que la decoración se integra y recubre la arquitectura como si se tratara de una piel, mediante las diversas técnicas utilizadas: la cerámica, la escultura aplicada, los pavimentos o las vidrieras.
Los documentos conservados en el archivo del Orfeó Català permiten conocer muchos detalles de la construcción observando los recibos y facturas de todos los artistas y artesanos que colaboraron. Difícilmente el Palau sería una realidad sin la participación de los artesanos e industriales de la época, una especie de orquesta dirigida por Domènech. En las peticiones a artistas para que colaboraran estaba la formulada a Ramon Casas para pintar el cartón que debía servir de modelo al mosaico de la coronación de la fachada principal, pero las restricciones económicas lo impidieron y finalmente el arquitecto hizo la acuarela que sirvió de modelo a Lluís Brú para ejecutar el gran mural. La colaboración de Eusebi Arnau fue fundamental tanto para las musas del escenario como para las cabezas de los grandes compositores que presiden la fachada y hacen de contrapeso a los esfuerzos de las vigas del último techo. Los escultores que intervinieron, además de Miquel Blay y Arnau, fueron los jóvenes Diego Masana y Pau Gargallo en la realización en piedra del gran arco escultórico de la boca del escenario.
Recibo de Pau Gargallo con el visto bueno y la firma hológrafa de Lluís Domènech i Montaner, para el encargo de los modelos de la embocadura del escenario del Palau de la Música. 31 de octubre de 1908.
Fuente: CEDOC
Detalle de los caballos alados, pegajos, situados en el segundo piso del Palau, obra del escultor Dídac Masana. Fotografía: autor desconocido.
Fuente: CEDOC.
Detalle de elementos florales de cerámica vidriada en el techo del Palau. Fotografía: Pepe Encinas.
Fuente: CEDOC.
Recibido con los detalles del encargo en el escultor Dídac Masana y la firma de conformidad de Domènech i Montaner, donde se especifica que queda liquidada toda la intervención de la escultura excepto la boca del escenario.
Fuente: CEDOC.
Proyecto para el gran panel decorativo que corona la fachada del Palau de la Música Catalana. El dibujo surgió del taller de Lluís Domènech i Montaner y el mosaico fue realizado por Lluís Bru. Obra de 1909. Reproducción facsímil del original. Se adjunta el encargo del mosaico con las tareas específicas y el coste.
Fuente: CEDOC
Retratos de las maquetas de yeso preparatorias, obra de Pau Gargallo, por su obra escultórica de la embocadura del escenario. Las maquetas desgraciadamente fueron destruidas y robadas del solar del Palau cuando todavía estaba en obras.
Fotógrafo: autor desconocido.
Fondo: Lluís Domènech i Montaner. Archivo Histórico del Colegio de Arquitectos de Cataluña
Retratos de las maquetas de yeso preparatorias, obra de Pau Gargallo, por su obra escultórica de la embocadura del escenario. Las maquetas desgraciadamente fueron destruidas y robadas del solar del Palau cuando todavía estaba en obras.
Fotógrafo: autor desconocido.
Fondo: Lluís Domènech i Montaner. Archivo Histórico del Colegio de Arquitectos de Cataluña
Recibo de las tareas realizadas por el escultor Francesc Madurell, por los modelos y trabajos en piedra en espacios como los umbrales y pilares de escaleras, florones de mármol, capiteles en forma de cáscara, entre otros. 30 de enero de 1908.
Fuente: CEDOC
Proyecto para el gran panel decorativo que corona la fachada del Palau de la Música Catalana. El dibujo surgió del taller de Lluís Domènech i Montaner y el mosaico fue realizado por Lluís Bru. Obra de 1909. Reproducción facsímil del original.
Fuente: CEDOC
La colaboración de los artesanos y la inauguración del Palau (II)
Un elemento fundamental, en el Palau, de la simbiosis entre funcionalidad y ornamentación es el gran lucernario del techo de la Sala de Conciertos, que además de cubrir una parte importante del techo es una lámpara que produce el tipo de luz que deseaba el arquitecto . Antoni Rigalt, vidriero tantas veces colaborador de Domènech, más adelante asociado con Granell, es el autor de esta obra de arte.
El otro rasgo inédito de la ornamentación de “La Casa dels Cants”, tal y como la bautizó Joan Maragall, es el conjunto de mosaicos y cerámicas que se extienden por techos, paredes y pavimentos obra de Mario Maragliano y Lluís Brú, de los pavimentos Escofet y de la cerámica de Josep Orriols. Como se ha dicho alguna vez, ésta era una “orquesta” que, bajo la dirección de Lluís Domènech i Montaner, nunca desafinaba.
La culminación de la obra tuvo lugar el 9 de febrero de 1908 con la fiesta de la bendición y la inauguración de la nueva morada del Orfeó. El sueño se había convertido en realidad gracias al apoyo colectivo de amplios sectores sociales y por la decisiva intervención de una figura primordial, Joaquim Cabot.
Detalle de las vidrieras del Palacio de la Música Catalana, obra
de los vitraleros Antoni Rigalt y Jeroni F. Granell. Fotografía: Matteo Vecchi.Fuente: CEDOC.
Detalle de una de las conchas de mosaico de los techos, obra de Mario Maragliano. Fotografía: Antoni Bofill.
Fuente: CEDOC
Factura del mosaicista Mario Maragliano con el detalle de todos los fragmentos y partes de mosaico en los que colaboró: flores en el techo del primer piso, mosaicos de las conchas del techo, mosaico de dos vueltas de la fachada, etc.
29 de noviembre de 1907.Fuente: CEDOC.
Factura del taller de carpintería Francisco Garriga por su intervención en las piezas del órgano Walcker.
Fuente: CEDOC
Recibo de Eusebi Arnau en lo referente a los modelos escultóricos de la fachada y el caballo alado Pegaso del interior en el segundo piso.
Fuente: CEDOC
Factura de los vitraleros Rigalt Granell y Cía. en el que se describen con detalle los diferentes lugares donde se colocaban los cristales, tamaños y tipos de vidrio.
Fuente: CEDOC
Factura de los vitraleros Rigalt Granell y Cía. en el que se describen con detalle los diferentes lugares donde se colocaban los cristales, tamaños y tipos de vidrio.
Fuente: CEDOC
Publicación en recuerdo de la bendición e inauguración del edificio, con artículos y fotografías de los interiores del Palau. 9 y 15 de febrero de 1908.
Fuente: CEDOC
Invitación a la fiesta de bendición del gran Casal del Orfeó Català. 31 de enero de 1908.
Fuente: CEDOC
Programa de la fiesta de bendición y estreno de la Sala de Conciertos. 9 de febrero de 1908.
Fuente: CEDOCVista general del público del Palau de la Música el día de su inauguración. 9 de febrero de 1908
Fotógrafo: Frederic Ballell Maymí.
Fuente: CEDOC
La boca del escenario del Palau de la Música Catalana y La puerta del infierno de Auguste Rodin
Domènech i Montaner diseña la sala del Palau en la línea de los auditorios de música de la época, con público detrás del escenario. Imagina el escenario como una “falsa” boca de escenario a la italiana, enmarcando la visión de quienes actúan. La escultura fue ejecutada por Pau Gargallo en 1910, dos años después de la inauguración.
August Rodin, trabajó en la gigantesca La puerta del infierno desde 1880 hasta su muerte, en 1917, profundizando en el simbolismo característico de la época en La puerta del infierno como entrada a un nuevo museo de París. Inspirado en el verso de la Divina Comedia de Dante, “Lasciate ogni speranza voi chi entrate”, Rodin deja al morir una creación con un eco universal. En el contexto de la puerta incluye los fragmentos escultóricos del Bes, el Pensador y las tres Sombras, símbolos del Amor, el Hombre y la Muerte.
La actitud de Domènech de estar presente en la cultura europea, seguramente le empujaría a pensar en Rodin al enmarcar el escenario, y las esculturas del Palau interpelan al espectador al igual que las de La puerta del infierno.
Boceto del trabajo escultórico de la boca del escenario del Palau de la Música Catalana. Dibujo a tinta de Lluís Domènech i Montaner.
Fondo: Lluís Domènech i Montaner. Archivo Histórico del Colegio de Arquitectos de Cataluña.
Boceto del trabajo escultórico de la boca del escenario del Palau de la Música Catalana. Dibujo a tinta de Lluís Domènech i Montaner. Fondo: Lluís Domènech i Montaner. Archivo Histórico del Colegio de Arquitectos de Cataluña.
Proyecto de la Puerta del Infierno. es. 1880 Fotografía: Jean de Calan.
Fondo: © Musée Rodin
Proyecto de la Puerta del Infierno en ocho paneles. 1880. Fotografía: Jean de Calan.
Fondo: © Musée Rodin
Escultura en yeso de la Puerta del Infierno de Auguste Rodin. 1917.
Fondo: © Agence photographique du Musée Rodin - Jerome Manoukian.